Querido jefe,
A pesar de que siempre creo y siento que hago las cosas bien y que mi esfuerzo por complacerte es cada vez mayor, siempre queda faltando “cinco para el peso”, cada cosa que hago, cada proyecto que presento, cada idea que propongo, así sea exitosa termina siendo empañada por algo que, sin saberlo, solo estando en tu cabeza, queda faltando o no era lo que te imaginabas recibir…
Y no es que complacerte sea el propósito de mi vida, nada más lejano a la realidad, pero si lograra eso, creo que mi trabajo y mi vida en la compañía sería mucho más placenteras, sería mucho más feliz y de golpe sería más productivo, pero por más que trato no lo consigo…
No es fácil para una persona, cualquiera sea su personalidad o temperamento, estar siempre soportando la mala cara, los desplantes y la falta de reconocimiento de parte de la persona, que, por definición de un gran líder, debe ser mi guía, ejemplo, protector y apoyo, porque, perdona mi atrevimiento, eso es lo que un líder representa para la manada y no es un invento mío, es lo que dice la biología al estudiar los miles de años de evolución del hombre en el mundo.
No pretendo ser tu amigo, ni tu hermano del alma, ni mucho menos que me sientas como un igual o parte de tu grupo, eso ya lo tengo en otras personas y no quiero serlo tampoco, solo quiero un poco de reconocimiento, de aceptación y de valoración del trabajo que hago, que te lo puedo asegurar lo hago con todo el amor del mundo por esta compañía de la que dependemos tú, yo y muchos más.
Uno espera de un jefe cercanía, pero con respeto, comunicación, espacios de discusión sana y con altura, retroalimentación honesta y coherente, valoración de la persona y del profesional, que con mucho esfuerzo y dedicación ha puesto su experiencia y conocimiento al servicio de una entidad y que lo único que busca es seguir creciendo y haciendo crecer la compañía, que es al final del día el mismo objetivo tuyo y de todos los que estamos aquí.
Estoy seguro que si tenemos entre los dos una conversación tranquila y sincera, donde podamos entender y alinear las expectativas de cada uno, podremos lograr muchas cosas juntos y sentirnos orgullosos de lo que podemos hacer como equipo.
De una cosa estoy seguro y es mi ancla a la tranquilidad, ante tu actitud despectiva y lejana, si no estuviera haciendo algo bien, ya habrías tomado una decisión y no estaría acá escribiendo esta carta, eso me ayuda a motivarme cada día, pero trabajar en estado permanente de tensión es de lo más desagradable del mundo, solo te pido que reconsideres y sientas un poco de empatía poniéndote en mi lugar.
Hablemos!!!
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