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  • Foto del escritorElkin Botero

4 palancas para salir adelante

Actualizado: 7 ago 2020

Algunas frases célebres han sido repetidas hasta el cansancio en esta época extraña que estamos viviendo y en la que se supone estamos aprendiendo todos, una de las más poderosas para mi ha sido la de Charles Darwin sobre las especies que sobreviven, siendo estas las que mejor se adaptan y no necesariamente las más fuertes y hablo de su poder como reflexión, porque es lo que estamos viendo cada día.


Muchas grandes compañías con miles de empleados, negocios exitosos en términos económicos y reconocidos por sus logros y avances en el mercado han sucumbido ante la situación y buscan desesperados fórmulas que les permitan salir de la crisis, a diferencia de empresas más pequeñas, menos rimbombantes y con menos o ninguna figuración. Donde puede estar la diferencia?


Nadie sabe el peso que el otro carga y es muy fácil juzgar con el retrovisor puesto, sin embargo creo que hay varios elementos importantes que mueven la balanza en estas organizaciones que logran sortear con éxito ésta y muchas otras crisis:

  • Liderazgo:

Cómo lo he dicho en repetidas ocasiones liderar no es mandar es inspirar y mostrar el camino, además de proteger al equipo y he podido ver las historias de muchos líderes y tener la fortuna de compartir con algunos de ellos, que en esta situación antes de pensar en el resultado de fin de año o en cómo estaba su caja (importante claro esta), pensaron en como cuidar a su gente, como mantener los empleos y acompañar a sus equipos, retándolos a pensar diferente a ser creativos y buscar entre todos salidas para mantener a flote la organización, contagiaron con su liderazgo e inspiración a los accionistas, a los miembros de la junta y han logrado, dejando sudor y lagrimas en el camino, mantener la moral y el espíritu en alto de sus compañías y de aquellos que las hacen posibles.

Otros en cambio sucumbieron ante el miedo de perder y cuidando primero los números y el resultado empezaron a tomar medidas drásticas de recorte, suspensión y eliminación, claro está que a muchos los tomo muy mal esta crisis en términos de flujos y resultados, pero es justo ahí donde la casta de un líder sale a relucir.

  • Optimismo:

Muchas personas (líderes) ven en cada situación un problema, una desgracia, una crisis mayor y se llenan de preocupación sobre cosas que no pueden controlar y que en muchos casos (la mayoría...) nunca van a pasar, pero esa actitud para afrontar la vida los lleva a sentir la derrota mucho antes de iniciar la batalla.


Estamos expuestos a un bombardeo incesante y permanente de información, en su gran mayoría apocalíptica y destructiva que aliena nuestra mente y nos llena de miedo, aumentando nuestra incertidumbre sobre lo que puede pasar, los profetas de la destrucción y el fin del mundo, que siempre aparecen en primera línea ante cualquier situación difícil, ya vaticinan que de esta no salimos y que sus profecías y las de mucho otros por fin se harán realidad.


Afortunadamente existen muchos otros y me incluyo en ellos, que pensamos que todo puede mejorar, que lo que pasa en la vida son solo circunstancias a resolver, oportunidades de aprendizaje y evolución, que es nuestro nivel de conciencia y la capacidad que tengamos de reaccionar y aprovechar las oportunidades lo que nos hace crecer como personas y mejorar como sociedad, que nada está perdido, por el contrario que hay mucho por hacer, por cambiar, por transformar y nos hacemos cargo de que así sea, eso es optimismo, creer que se puede, ver el lado positivo de lo que pasa y actuar en consecuencia y lo más importante, contagiarlo en los demás.

  • Cultura:

La cultura es la esencia de la organización, es la sangre que corre por las venas de todos y cada uno de los que conforman la compañía, cuando la cultura es solida, está bien cimentada sobre unos valores y unos principios compartidos por la mayoría, cuando se vive y se siente en cada actuación, en cada decisión y en cada lugar, entonces hay muchas probabilidades de que entre todos salgan adelante de cualquier situación por difícil y caótica que sea. Por el contrario aquellas compañías con culturas débiles, desestructuradas y fragmentadas sucumben ante las primeras de cambio y no son capaces como organización de salir adelante en las dificultades.


La cultura es un reflejo claro del liderazgo que ha timoneado la compañía durante su vida, no puede haber una gran cultura sin un buen ejercicio del liderazgo y este se logra principalmente con la comunicación y el ejemplo, los líderes distantes, atrincherados en sus oficinas y silenciosos no movilizan a los equipos, por el contrario generan miedo e incertidumbre y si para completar el cuadro, no son coherentes entre lo que piensan, dicen y hacen, es muy difícil que logren inspirar grandes cambios o evoluciones al interior de sus compañías, por el contrario las hacen frágiles y caóticas.

  • Decisión:

La parálisis por análisis es una patología grave en muchas organizaciones y en muchos de sus líderes que por temor a fallar aplazan lo inaplazable y cuando reaccionan ya es demasiado tarde, en nuestra cultura latina no tenemos permitido equivocarnos, los errores y fracasos han sido duramente castigados por generaciones al punto que ya está en el ADN de muchos (casi todos...) de nosotros y eso nos hace lentos y con una alta aversión al riesgo y como resultado nos da mucha dificultad tomar decisiones.


Equivocarse es normal, es más, es necesario para aprender y adquirir experiencia, los casos en la historia se cuentan por miles, de no haber sido así no habríamos llegado al nivel de desarrollo y evolución que hemos tenido hasta hoy. La innovación sin tomar riesgos y sin errores no tiene sentido e igual pasa con el liderazgo, los grandes líderes han cometido errores, han hecho apuestas y se han equivocado, pero han sido aquellos que fueron capaces de aprender la lección y volvieron a intentarlo, los que triunfaron en sus compañías.


Ahora vemos muchas compañías que han cambiado sus modelos de negocio, sus canales de venta, su forma de trabajar y producir y seguro se han equivocado muchas veces, pero han tenido el coraje para tomar decisiones, con miedo e incertidumbre, pero ahí es donde radica la valentía, hasta que han ido encontrando el camino, el nuevo camino.


“Evolucionar no necesariamente es abandonar y mucho menos destruir, es avanzar hacia una mejor forma de hacerlo, basado en lo que sabes y tienes...”


Pueden faltar muchos más factores, pero en mi concepto, la mezcla de estos cuatro puede y debe cambiar el futuro de las compañías, sin importar el tamaño o el negocio, se necesitan líderes comprometidos, optimistas y decisivos que evolucionen y se adapten con sus organizaciones al nuevo planteamiento que nos trae el mundo.

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