Trascender, esta palabra que encierra algo de misterio y mística en su definición popular, pero que debe ser el ideal a alcanzar en nuestra vida, sirve de apellido en este articulo a la poderosa función del Liderazgo que muchos ejercemos día a día y que tantos queremos desarrollar y aplicar con mayor perfección cada día.
Estar o ir más allá de algo, -Extenderse o comunicarse a otros, produciendo consecuencias-, -Traspasar los límites de la experiencia posible-, -Empezar a ser conocido...-, son algunas de las acepciones de su significado en nuestra lengua y que tiene origen en el latín "transcendĕre", "pasar de una cosa a otra". Todas estas definiciones conducen sin duda a lo que debería ser y hacer nuestro estilo de liderazgo y más que eso nuestra vida.
Mi vida laboral comenzó hace muchos años ya en el sector financiero y como muchos de ustedes seguro, empezó por abajo, en la base del banco, fui mensajero, o patinador como oficialmente se llamaba el cargo, que por más pompa que se le diera al nombre, la función era la misma, llevar y traer documentos y recuerdo a todos y cada uno de mis jefes de aquella época pues cada uno de ellos, muchos para bien y otros para mal dejaron en mi una huella imborrable de su estilo gerencial. Recuerdo un par de esos "lideres" de la vieja guardia, pulidos con "hacha y machete" como bien decía mi abuela, que más que liderazgo, ejercían autoridad, pero no por su conocimiento o tacto, sino por investidura y poder otorgado o ganado con sus años de servicios a la entidad.
Uno de ellos intento, sin éxito, truncar mi deseo de ser profesional y estudiar una carrera, desautorizando de manera velada y por la espalda, una autorización dada por quien, durante sus vacaciones, lo había reemplazado y todo por no ser el quien la había dado, un capricho de orgullo y prepotencia que trato siempre de no repetir con mi gente. El otro un tipo mañoso e interesado "que no daba puntada sin dedal" y del que aprendí que el servicio no debe ser amañado dependiendo de las dádivas o favores recibidos, pues para lograr algo de el, siempre tenías que darle algo a cambio, especialmente los clientes del banco, que debían ser dadivosos con el "Gerente" para poder conseguir la financiación y beneficios que el banco ofrecía, siendo esta practica contraria a las políticas y códigos de la entidad, pero que por sus buenos resultados, sus superiores se hacían los de la vista gorda.
A estas alturas, estarás pensando, que tiene de trascendente esos nefastos ejemplos de abuso de poder y falso liderazgo? Precisamente eso, que tanto las cosas buenas como las malas de nuestros jefes y las que nosotros hoy hacemos, son las que dejan huella en los demás y trascienden. Todos recordamos a nuestros grandes jefes y tratamos, muchas veces sin éxito, de emular su estilo, palabras, consejos y ejemplo, pero también y a veces de manera inconsciente, actuamos como lo hacían nuestros malos jefes. Tanto el buen liderazgo como el mal liderazgo, si se le puede llamar así, trasciende a nosotros y es justo el discernimiento que debemos hacer de nuestro actuar.
Hay una frase que ha marcado mi vida y que sigo siempre como un principio fundamental de actuación:
"No hagas a los demás, lo que no quieras que te hagan a ti"
y lo traigo a colación porque un buen líder debe caracterizarse justamente por eso, por no hacer con su gente esas cosas que tanto le molestaban de sus jefes, que no le gustaría que le hicieran a él y que van en contra de la inspiración y el ejemplo que deben regir las relaciones con nuestros equipos.
Ya pasó la época feudal, donde no habían lideres sino amos y no habían coequiperos sino esclavos y vasallos, pero algunas personas en puestos de dirección aun no se han dado cuenta de eso y siguen actuando como hace cientos de años, gritan, maldicen, exigen, atropellan, entorpecen, maltratan, humillan, es decir abusan inmisericordemente de su poder, como si este fuera un don divino y se olvidan que ellos también tienen jefes y que en cualquier momento puede llegar uno que los trate igual a como ellos tratan a su gente.
Leía en un articulo de Randy Conley que los líderes somos el tema de conversación en la cena de nuestros empleados, es decir que todo lo que hacemos con ellos y especialmente en contra de ellos, forja la imagen, que en sus casas, sus familias tienen de nosotros, te has puesto a pensar que dicen de ti? eso que ellos dicen es la parte de tu liderazgo que trasciende, es lo que deja huella en la gente y marca su rumbo y para bien o para mal será lo que ellos hagan cuando estén en tu posición. Ese sin lugar a dudas es tu legado, es la parte de tu liderazgo que trasciende y que deja esa impronta en la organización y en la mente de todas las personas que han trabajado contigo.
Mi consejo es que revises dentro de ti y hagas los cambios que necesitas hacer, una evaluación de 360° anónima y confidencial te aportará muchos elementos de esas actuaciones y comportamientos, que de pronto tu no vez pero que afectan a los demás, a tus compañeros (pares), a tus clientes, a los miembros de tu equipo sobre los que tienes alguna jerarquía, y porque no a tu jefe y que contrastes esa información con lo que tu piensas y crees.
La parte más difícil es vencer nuestro ego, es aceptar que no somos tan buenos como creemos ser y que mirarnos al espejo (360°) con los ojos de los otros puede ser doloroso y la reacción natural es defendernos, es culpar a los otros o auto compadecernos, ese no es el camino, lo mejor que podemos hacer es reflexionar, mirar nuestro interior y hacer un plan para cambiar, cambio que debe iniciar desde adentro para que así podamos reflejar lo que realmente queremos ser y como queremos ser recordados, esa es la forma de construir un legado que sea inolvidable y muy valorado por los demás.
Que esperas? Cómo quieres ser recordado?
Elkin Botero