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  • Elkin Darío Botero Ramirez

Lo que aprendí de mi mamá...


Todos, seguro, tenemos en nuestra memoria cientos de recuerdos, frases, anécdotas e imágenes de nuestra mamá, si aún la tenemos esa película se sigue alimentando cada día, pero si ya no está, como es mi caso, con su ausencia esos recuerdos cobran mayor vigencia.

Creo que con pocas excepciones es nuestra madre, la persona que nos forma, nuestro carácter, temperamento y talante con muchos aciertos y algunos errores, que sería absurdo no perdonar a cambio de tanto amor, entrega y sacrificio, por hacer de nosotros algo mucho mejor de lo que ella fue.

Sin ser un experto en psicología y mucho menos en educación, considero que son las mamas, en mi caso lo fue, quienes esculpen con su mano, palabras y ejemplo nuestro cerebro, lo llenan de alegría, ilusión, esperanza, pero también de miedos, afanes y estrés, pues nos trasmiten todo el tiempo los suyos, incluso desde que estamos en su interior y van creando, con la ayuda de nuestra forma de racionalizar y resolver cada situación, nuestra identidad, esa que nos acompaña toda la vida y que cuando llegamos a cierta edad, queremos empezar a "arreglar"con la ayuda de un terapeuta, un psicólogo, un coach, el jefe de turno o nuestra pareja.

Y es que claro, somos seres humanos, moldeados por otro ser humano o por otros mejor, pues nuestro padre (al que le debo mi espíritu feliz y soñador) y nuestros hermanos también ayudan e influyen en la tarea de construir ese ser que habitamos y el cual muchas veces poco conocemos.

De mi madre aprendí de Orden y de Disciplina, pues siempre fue una mujer que todo lo tenía planeado y ordenado, cada cosa en su lugar y a su hora, la comida, el mercado, el sueño, todo se hacía como debía y a la hora debida.

Aprendí de Sacrificio, pues se entregó con alma y corazón a cuidar de sus hijos, dejando a un lado muchas cosas que seguro soñó de joven hacer y que por cumplir de manera abnegada con su obligación de madre aplazó, apartó de su vida y terminó olvidando, tales como viajar, estudiar y hasta ser feliz.

Aprendí de Gestión, de hacernos cargo de que las cosas pasen y de que nada llega por casualidad, que las cosas en la vida hay que buscarlas y dar los pasos necesarios para conseguirlas.

Aprendí de Humildad, entendida como no pensar nunca que somos menos que nadie por diferencias económicas o sociales, trató siempre a todo el mundo con equidad y sin sesgos, eso si con nobleza y altura.

Aprendí de Gratitud, agradecer cada día de vida, cada cosa que nos pasa, cada logro obtenido y cada momento maravilloso vivido junto a ella.

Aprendí de Amor, creo que todos hemos vivido el amor incondicional de nuestras madres y en mi caso, la mayor prueba de amor fue partir de este mundo para evitarnos a todos largos sufrimientos con su enfermedad.

Aprendí de Tomar Decisiones, está fue la ultima lección de su vida, me demostró que todo llega a su fin y que cuando es la hora de partir, a pesar de que todo lo que amamos se queda atrás, debemos ser un poco egoístas y pensar en nosotros, actuando con valentía y arrojo.

Pero más que lo que aprendí, lo que siento hoy que mi madre no está, es un profundo sentimiento de Gratitud por su legado, ejemplo y fortaleza. Sin sus enseñanzas y reprimendas, sin su paciencia y amor, sin su sabiduría y tacto, creo que ni mis hermanos ni mucho menos yo, seríamos lo que hoy somos, en mi caso, un ser Feliz y Soñador, con ganas de seguirse comiendo el mundo y de transmitir a los demás como legado todo lo que he aprendido de cientos de maestros (entre ellos mi mamá) para que trascienda no solo a mis hijos y nietos, sino a todos los que de una u otra forma sean tocados por mis palabras.

Gracias Mamá por ser la Luz de mi vida!!!

Elkin Darío Botero Ramirez
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